No Sé Tú, Pero Yo...

Josué, por el contrario, se
mantenía firme en su intención de vivir tomando en cuenta a Dios. Y
constantemente recordaba los mandamientos y preceptos del Señor al pueblo.
Aunque no eran bienvenidos sus consejos por la mayoría.
Esto me recordó a lo que sucede
hoy en día. El mundo ha decidido vivir sin Dios, y algunos hasta el punto de
creer que Dios no existe, para poder ignorar así su propia conciencia. Pero lo
peor de todo es que suelen burlarse y hasta ofenderte por decidir creer en
Dios. Pero eso sí, tú no debes decir nada en contra de ellos porque entonces te
consideran ‘intolerante’.
En lo personal seré como Josué,
siempre estaré compartiendo la salvación, siempre estaré compartiendo del amor
de Dios a todos, siempre estaré procurando mostrar el amor de Dios aunque no
les parezca, no les guste, se burlen de mí y hasta me ofendan. ¿Por qué?
¿Qué pensarías de mí si tú te
enfermaras de gripa y no te recomiendo el medicamento que me funcionó? ¿Qué soy
mala onda? ¡No es así! Si tú te enfermas de algo, y yo te ofrezco una medicina,
no lo haría por considerarme mejor que tú, tan solo lo haría porque a mí me
funcionó y deseo verte mejor. Y si noto que tu enfermedad es del alma: soledad,
depresión, angustia, desesperación, vicio, etc., pues obvio que te recomendaré
lo que me ha funcionado: Cristo.
Tienes derecho a decirme: ¡No
gracias!, pero considero que no deberías burlarte u ofenderme porque te ofrezca
una solución que a mí me funcionó. Pero, igual decidas burlarte de mí u
ofenderme, o ya sea que te sientas ofendido, te diré lo mismo que dijo Josué:
Si quieres creer o no en Dios; si quieres aceptar o no la Palabra de Dios; si
quieres creer que vienes del barro o de un mono, es tú elección. Pero en lo que
a mí me respecta y a mi familia, serviremos a Dios. Así que no sé tú, pero yo
decido creer, amar y servir a Dios.
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