No Tengas Miedo

Seguramente lo has experimentado:
tu corazón comienza a latir más rápida, tu respiración se acelera, comienzas a
sentir un frío que te recorre el cuerpo y se te pone la carne de gallina. Todo
esto en conjunto te anima a resistir o salir huyendo. El miedo nos paraliza, el
miedo nos frena, el miedo nos impide pensar con condura. Nos hace dudar acerca
de los resultados que esperamos y suele desanimarnos a continuar y podemos
perder cosas maravillosas que estaban delante de nosotros; así como los adultos
del pueblo de Dios perdieron la oportunidad de entrar a la Tierra Prometida
porque el miedo les hizo resistir a enfrentar a los gigantes que tenían
delante.
Pero la promesa de Dios es que
irá delante de nosotros y que nunca nos fallará ni abandonará.
Algo muy importante que debes
considerar es que ser Valiente no es la ausencia de temores; ser valiente es no
permitir que el miedo te detenga a continuar. Y eso es precisamente lo que Dios
nos pide, que no nos paralicemos por el miedo, que no tengamos pánico por el ‘peligro’
que está al frente, por el contrario que continuemos y enfrentemos lo que está
delante porque de hecho su promesa es que Él va delante nuestro abriéndonos
paso.
Sé valiente, que el temor a que
las cosas no salgan como esperas te impidan intentarlo. Se valiente, que el
temor a ese ‘problema’ o ‘peligro’ insuperable te detenga e impida conquistar
tu tierra prometida. No olvides que el Poderoso de Israel va delante de ti.
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