Es Navidad

Aprovechando la celebración del nacimiento de Jesús (aunque tristemente creo que la mayoría ni recuerda que esta fue la razón por la cual se comenzó a celebrar la navidad en esta fecha), quiero hacer notar algo que me maravilla del Señor Jesús.

Un ángel se le apareció a María, una jovencita fiel a Dios, y le fue concedida la gracia maravillosa de ser la madre de Jesús. Ella gustosa acepto, aunque con un poco de temor, porque no estaba casado, sino comprometida con un hombre muy bueno, un carpintero llamado José. Así que imagínate el susto, cómo decirle a su prometido que ella ya estaba embarazada, y que el padre del bebé en camino era DIOS. Casi seguro que la dejaba, y lo más terrible del caso es que en Israel, cuando una mujer era infiel se acostumbraba apedrearla.

Pero Dios no deja cabos sueltos, así que envió al ángel a avisarle a José que no tuviera miedo, ni celos, y que no dudara en recibir a María como esposa porque no le había sido infiel, en verdad esperaba al hijo de Dios. Y entonces le dijo: Y le pondrán por nombre Jesús (Yeshua en hebreo).

El nombre que ellos como padres le pondrían significa: Salvación de YHWH. Este era su nombre, este era su propósito. Pero hay algo más. Resulta que su nacimiento era para cumplir con una profecía dada muchos años antes por el profeta Isaías: ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”.

¿Otro nombre? ¡Sí! Es que Jesús es el nombre que como padres le pondrían, pero Emanuel sería su reputación; porque la gente al verlo caminar por las calles, al verlo alimentar a multitudes, al verlo sanando a los enfermos, y al ver como los demonios huirían ante él, exclamarían: en verdad que Dios está con nosotros.

Mi oración es que tú puedas experimentar, no sólo esta noche, sino cada día a ‘Dios contigo’. Que permitas que la Salvación de Dios (Jesús) nazca en tu corazón, que puedas disfrutar a Dios con nosotros (Emanuel), y que experimentes la presencia de Dios en tu vida todos los días.