¡Qué Arrojados!

¡Qué Arrojados!
¿Si Yo te dijera que una vida de fe es una vida de mucho riesgo, es una vida extrema? ¿Lo creerías?
Descubre porque vivir una vida llena de fe es una Vida Extrema, así que ¡Arriésgate!

Quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada. Siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. (Hebreos 11:33-34)

¿A poco vivir una vida de fe es arriesgada? ¡Claro que sí! Es vivir una vida extrema. Pero de hecho también vivir una vida sin fe es un riesgo, un riesgo de perderse el verdadero significado de la vida. Imagina lo que hombres han hecho al vivir en fe: conquistar naciones, vieron lo imposible hecho posible, se enfrentaron a leones y osos, caminaron en medio del fuego sin quemarse, se escaparon de ser asesinados, cuando estaban en el suelo sin fuerzas, se fortalecieron milagrosamente, eran más poderosos que los de esparta en guerra, caminaron sobre el agua, mujeres lideraron ejércitos mucho mejor que Juana de Arco, mujeres que conquistaron el corazón de reyes y que incluso salvaron a una nación de su extinción, etc, etc, etc.
Pero en cosas más simples, el ser cristiano también es un riesgo. Porque:
  • Tener gozo a pesar de las circunstancias es correr el riesgo de parecer tonto.
  • Demostrar tus sentimientos e identificarte con el sufrimiento de los demás es correr el riesgo de parecer sentimental.
  • Compartir con otros tu fe y delante de multitudes es correr el riesgo de ser rechazado.
  • Amar a los demás es correr el riesgo de no ser correspondido.
  • Intentar es correr el riego de fallar.
  • Ayudar a los demás es correr el riesgo de que se aprovechen de ti.
  • Tener esperanza es correr el riesgo de momentos de desesperación.
  • Vivir en santidad es correr el riesgo de recibir burlas e incluso desprecio.
Pero debemos de correr riesgos si queremos ver las grandes cosas que Dios tiene preparadas para nuestras vidas. Se dice que la persona que no arriesga nada, pierde nada; pero también gana nada, así que realmente es nada. Aquél que le huye al sufrir, a llorar, a perder, o a fracasar alguna vez, simplemente jamás aprenderá, sentirá, cambiará, crecerá, amará, en pocas palabras: no habrá experimentado la vida. Estará siempre esclavo al pecado, a los límites de esta vida y nunca experimentará la verdadera vida abundante y además sobrenatural que Jesucristo ofrece al vivir por fe.
Así que es un gran privilegio el poder caminar por fe en Dios y con Dios mismo, contamos con todas las promesas de Su Palabra. Así que arriésgate a perder todo en este mundo, pero ganar tesoros en el cielo. Arriésgate a vivir realmente una vida extrema y sobrenatural viviéndola puesta tu fe en Jesús, el Mesías.

Comentarios

Hijo de Dios ha dicho que…
Julito.. excelente entrada. Muchas bendiciones para tí así como la que Dios, contigo, me ha traído a mí. Muy buena página! ;D

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