Día 3 Con El Mesías
Primeros discípulos
5 Cierto día,
mientras Jesús predicaba en la orilla del mar de Galilea, grandes multitudes se
abalanzaban sobre él para escuchar la palabra de Dios. 2 Jesús notó dos barcas vacías en la orilla porque
los pescadores las habían dejado mientras lavaban sus redes. 3 Al subir a una de las
barcas, Jesús le pidió a Simón, el dueño de la barca, que la empujara al agua.
Luego se sentó en la barca y desde allí enseñaba a las multitudes.
4 Cuando terminó de hablar, le dijo
a Simón:—Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar.
5 —Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente.
6 Y esta vez las redes se llenaron de tantos peces, ¡que comenzaron a romperse! 7 Un grito de auxilio atrajo a los compañeros de la otra barca, y pronto las dos barcas estaban llenas de peces y a punto de hundirse.
8 Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo:
—Señor, por favor, aléjate de mí, soy demasiado pecador para estar cerca de ti.
9 Pues estaba muy asombrado por la cantidad de peces que habían sacado, al igual que los otros que estaban con él. 10 Sus compañeros, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, también estaban asombrados.
Jesús respondió a Simón: «¡No tengas miedo! ¡De ahora en adelante, pescarás personas!». 11 Y, en cuanto llegaron a tierra firme, dejaron todo y siguieron a Jesús.
Jesús sana a un leproso
12 En una de las aldeas, Jesús
conoció a un hombre que tenía una lepra muy avanzada. Cuando el hombre vio a
Jesús, se inclinó rostro en tierra y le suplicó que lo sanara.
—¡Señor! —le
dijo—, ¡si tú quieres puedes sanarme y dejarme limpio!13 Jesús extendió la mano y lo tocó:
—Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano!
Al instante, la lepra desapareció. 14 Entonces Jesús le dio instrucciones de que no dijera a nadie lo que había sucedido. Le dijo: «Preséntate ante el sacerdote y deja que te examine. Lleva contigo la ofrenda que exige la ley de Moisés a los que son sanados de lepra. Esto será un testimonio público de que has quedado limpio».
15 Sin embargo, a pesar de las instrucciones de Jesús, la noticia de su poder corrió aún más, y grandes multitudes llegaron para escucharlo predicar y ser sanados de sus enfermedades. 16 Así que Jesús muchas veces se alejaba al desierto para orar.
Jesús sana a un hombre paralítico
17 Cierto día, mientras Jesús
enseñaba, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa estaban sentados
cerca. (Al parecer, esos hombres habían llegado de todas las aldeas de Galilea
y Judea, y también de Jerusalén). Y el poder sanador del Señor estaba presente
con fuerza en Jesús.
18 Unos hombres llegaron cargando a
un paralítico en una camilla. Trataron de llevarlo dentro a donde estaba Jesús, 19 pero no pudieron acercarse a él debido a la
multitud. Entonces subieron al techo y quitaron algunas tejas. Luego bajaron al
enfermo en su camilla hasta ponerlo en medio de la multitud, justo frente a
Jesús. 20 Al
ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus
pecados son perdonados».21 Entonces los fariseos y los maestros de la ley religiosa decían para sí: «¿Quién se cree que es? ¡Es una blasfemia! ¡Sólo Dios puede perdonar pecados!».
22 Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó: «¿Por qué cuestionan eso en su corazón? 23 ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”? 24 Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados».
Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!».
25 Al instante, delante de todos, el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. 26 El asombro se apoderó de todos, y quedaron pasmados. Y alababan a Dios exclamando: «¡Hoy hemos visto cosas maravillosas!».
Jesús llama a Leví (Mateo)
27 Tiempo después, al salir de la
ciudad, Jesús vio a un cobrador de impuestos llamado Leví sentado en su cabina
de cobrador. «Sígueme y sé mi discípulo», le dijo Jesús. 28 Entonces Leví se levantó, dejó todo y lo siguió.
29 Más tarde, Leví dio un banquete
en su casa, con Jesús como invitado de honor. Muchos de los cobradores de
impuestos, compañeros de Leví, y otros invitados comieron con ellos. 30 Así que los fariseos y los maestros de la ley
religiosa les reclamaron severamente a los discípulos de Jesús diciéndoles:
«¿Por qué comen y beben con semejante escoria?».31 Jesús les contestó: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí. 32 No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores y necesitan arrepentirse».
Discusión acerca del ayuno
33 Cierto día, algunas personas le
dijeron a Jesús:
—Los
discípulos de Juan el Bautista ayunan y oran con frecuencia, igual que los
discípulos de los fariseos. ¿Por qué tus discípulos están siempre comiendo y
bebiendo?34 Jesús contestó:
—¿Acaso los invitados de una boda ayunan mientras festejan con el novio? Por supuesto que no; 35 pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.
36 Luego Jesús les dio la siguiente ilustración: «Nadie quita un pedazo de tela de una prenda nueva y la usa para remendar una prenda vieja; pues la prenda nueva se arruinaría y el remiendo nuevo no haría juego con la prenda vieja.
37 »Nadie pone vino nuevo en cueros viejos; pues el vino nuevo reventaría los cueros, el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. 38 El vino nuevo debe guardarse en cueros nuevos. 39 Ni nadie que prueba el vino añejo parece querer el vino nuevo. Pues dicen: “El añejo es mejor”».
Discusión acerca del día de descanso
6 Cierto día
de descanso, mientras Jesús caminaba por unos terrenos sembrados, sus
discípulos arrancaron unas espigas de grano, las frotaron entre sus manos para
sacarles la cáscara y se comieron los granos. 2 Algunos fariseos dijeron:
—¿Por qué
violan la ley al cosechar granos en el día de descanso?3 Jesús les respondió:
—¿Acaso no han leído en las Escrituras lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre? 4 Entró en la casa de Dios y violó la ley al comer los panes sagrados que sólo los sacerdotes pueden comer, y también les dio una porción a sus compañeros.
5 Entonces Jesús agregó:
—El Hijo del Hombre es Señor incluso del día de descanso.
Jesús sana en un día de descanso
6 Otro día de descanso, un hombre
que tenía la mano derecha deforme estaba en la sinagoga mientras Jesús
enseñaba. 7 Los maestros de la ley
religiosa y los fariseos vigilaban a Jesús de cerca. Si sanaba la mano del
hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso.
8 Pero Jesús sabía lo que pensaban
y le dijo al hombre con la mano deforme: «Ven y ponte de pie frente a
todos». Así que el hombre pasó adelante. 9 Entonces Jesús les dijo a sus acusadores: «Tengo una pregunta para ustedes: ¿Permite la ley hacer buenas
acciones en el día de descanso o es un día para hacer el mal? ¿Es un día para
salvar la vida o para destruirla?».10 Miró uno por uno a los que lo rodeaban y luego le dijo al hombre: «Extiende la mano». Entonces el hombre la extendió, ¡y la mano quedó restaurada! 11 Al ver esto, los enemigos de Jesús se llenaron de rabia y comenzaron a discutir para decidir qué harían con él.
Jesús escoge a los doce apóstoles
12 Cierto día, poco tiempo después,
Jesús subió a un monte a orar y oró a Dios toda la noche. 13 Al amanecer, llamó a todos sus discípulos y
escogió a doce de ellos para que fueran apóstoles. Sus nombres son los
siguientes:
14 Simón (a
quien llamó Pedro),
Andrés (hermano de Pedro),
Santiago,
Juan,
Felipe,
Bartolomé,
15 Mateo,
Tomás,
Santiago (hijo de Alfeo),
Simón (a quien llamaban el zelote),
16 Judas (hijo de Santiago),
Judas Iscariote (quien después lo traicionó).
Andrés (hermano de Pedro),
Santiago,
Juan,
Felipe,
Bartolomé,
15 Mateo,
Tomás,
Santiago (hijo de Alfeo),
Simón (a quien llamaban el zelote),
16 Judas (hijo de Santiago),
Judas Iscariote (quien después lo traicionó).
Multitudes siguen a Jesús
17 Cuando descendieron del monte,
los discípulos se quedaron con Jesús en un amplio lugar llano, rodeados de
muchos seguidores y de las multitudes. Había gente de toda Judea y Jerusalén, y
de lugares tan al norte como las costas de Tiro y Sidón. 18 Habían llegado para oírlo y para ser sanados de
sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus malignos fueron
sanados. 19 Todos
trataban de tocarlo, porque de él salía poder sanador, y los sanó a todos.
Las bienaventuranzas
20 Entonces Jesús se volvió hacia
sus discípulos y les dijo:
«Dios los
bendice a ustedes, que son pobres,
porque el reino de Dios les pertenece.
21 Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre,
porque serán saciados.
Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran,
porque a su debido tiempo reirán.
porque el reino de Dios les pertenece.
21 Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre,
porque serán saciados.
Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran,
porque a su debido tiempo reirán.
22 »Qué
bendiciones les esperan cuando la gente los odie y los excluya, cuando se
burlen de ustedes y los maldigan, como si fuera gente maligna, porque siguen al
Hijo del Hombre. 23 Cuando les suceda eso, pónganse contentos. ¡Sí, salten de alegría,
porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que los
antepasados de ellos trataron a los antiguos profetas de la misma manera.
Tristeza anunciada
24 »Qué aflicción les espera a
ustedes, los que son ricos,
porque su única felicidad es aquí y ahora.
25 Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora están gordos y prósperos,
porque tienen un horrible tiempo de hambre por delante.
Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora se ríen,
porque su risa se convertirá en luto y dolor.
26 Qué aflicción les espera a ustedes, los que son elogiados por las multitudes,
porque sus antepasados también elogiaron a falsos profetas.
porque su única felicidad es aquí y ahora.
25 Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora están gordos y prósperos,
porque tienen un horrible tiempo de hambre por delante.
Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora se ríen,
porque su risa se convertirá en luto y dolor.
26 Qué aflicción les espera a ustedes, los que son elogiados por las multitudes,
porque sus antepasados también elogiaron a falsos profetas.
El amor hacia los enemigos
27 »A los que están dispuestos a
escuchar, les digo: ¡amen a sus enemigos! Hagan bien a quienes los odian. 28 Bendigan a quienes los
maldicen. Oren por aquellos que los lastiman. 29 Si alguien te da una
bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige
el abrigo, ofrécele también la camisa. 30 Dale a cualquiera que te
pida; y cuando te quiten las cosas, no trates de recuperarlas. 31 Traten
a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes.
32 »Si sólo aman a quienes los aman
a ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores aman a quienes los aman a
ellos! 33 Y si
sólo hacen bien a los que son buenos con ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta
los pecadores hacen eso! 34 Y si prestan dinero
solamente a quienes pueden devolverlo, ¿qué mérito tienen? Hasta los pecadores
prestan a otros pecadores a cambio de un reembolso completo.35 »¡Amen a sus enemigos! Háganles bien. Presten sin esperar nada a cambio. Entonces su recompensa del cielo será grande, y se estarán comportando verdaderamente como hijos del Altísimo, pues él es bondadoso con los que son desagradecidos y perversos. 36 Deben ser compasivos, así como su Padre es compasivo.
No juzgar a los demás
37 »No juzguen a los demás, y no
serán juzgados. No condenen a otros, para que no se vuelva en su contra.
Perdonen a otros, y ustedes serán perdonados. 38 Den, y recibirán. Lo que
den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya
lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den
determinará la cantidad que recibirán a cambio».
39 Luego Jesús les dio la siguiente
ilustración: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en una
zanja? 40 Los
alumnos no son superiores a su
maestro, pero el alumno que complete su entrenamiento se volverá como su
maestro.41 »¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo cuando tú tienes un tronco en el tuyo? 42 ¿Cómo puedes decir: “Amigo, déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo.
El árbol y su fruto
43 »Un buen árbol no puede producir
frutos malos, y un árbol malo no puede producir frutos buenos. 44 Al árbol se le identifica
por su fruto. Los higos no se recogen de los espinos, y las uvas no se cosechan
de las zarzas. 45 Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón,
y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno
dice brota de lo que hay en el corazón.
Edificar sobre un cimiento sólido
46 »Así que, ¿por qué siguen llamándome
“¡Señor, Señor!” cuando no hacen lo que digo? 47 Les mostraré cómo es
cuando una persona viene a mí, escucha mi enseñanza y después la sigue.
48 Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa
los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y
golpean contra esa casa, ésta queda intacta porque está bien construida.
49 Pero el que oye y no obedece es como una persona que construye una
casa sin cimientos. Cuando las aguas de la inundación azoten esa casa, se
derrumbará en un montón de escombros».
MEDITA
1. Obediencia
trae recompensa. Pedro y sus amigos habían estado pescando toda la noche, sin
éxito. Y de pronto Jesús les pide que se metan y arrojen las redes. Pedro
obedece, a pesar de no haber tenido éxito anteriormente. El resultado fue
milagroso. Cuando Dios interviene y tú eres obediente, verás milagros.
2. ¿Qué es más
fácil hacer? Jesús confrontó a los fariseos que pensaban que era un blasfemo
porque le dijo a un paralítico: ¡Tus pecados te son perdonados!, diciéndoles
¿qué es más fácil? Ellos llegaron para ver el poder sanador, pero ahora Jesús
ofrecía algo mayor: el perdón. El milagro más grande que Dios ha hecho es el de
la salvación.
3. ¿Necesitas
médico? Muchos no quieren acercarse a Dios creyendo que solo los perfectos,
santos, justos, etc., pueden acercarse a Él. Pero Jesús dejó en claro que Dios
se acerca a quien lo necesita, al que sabe que está mal y quiere cambiar. Acércate
pues confiadamente a Él.
4. Religiosos. Un
peligro de ser religioso es perder el interés por el bienestar de las personas.
Los religiosos solo están interesados en su propio bienestar y en guardar sus
costumbres y preceptos perdiendo en cuenta que a Dios le importa más el corazón
de las personas.
5. El Reino De Al
Revés. Jesús, en el famosísimo Sermón del Monte, estableció la forma en que
debe vivir alguien que pertenece al Reino de Dios. Y en ello se deja muy en
claro que mucho de lo que en esta tierra es exaltado, allá es basura. Y mucho
de lo que aquí se menosprecia, allá es sumamente valorado.
6. Edifica bien.
Son muchos los que sabes acerca de Dios, son muchos los que sabes mucho acerca
de la Biblia, son muchos los que estudian para tener mayor conocimiento
bíblico. Pero para Dios eso no es tan importante como el vivirlo, el poner en
práctica Su Palabra. Edifica bien tu casa, aprende y aplica.
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